¿SILOGISMO TEÓRICO?
El
silogismo práctico o razonamiento de la acción (EN VI, 12, 1144ª 31, “oigar
sillogismoi tvn praktvn”) es presentado por muchos estudiosos de la obra
aristotélica como un esquema de explicación, que intenta dar cuenta del
movimiento que realiza el alma humana desde el apetito o deseo puro hasta la
acción concreta. El punto de vista que aquí se argumenta puede ser presentado en
dos tesis articuladas: 1) el razonamiento práctico no es un silogismo, comprende
muchos más aspectos que son irreductiblesa la estructura formal de un silogismo
perfecto; 2) el silogismo práctico se basa sobre todo en razonamientos
retórico-dialécticos, bien sea un entimema, un paradigma, o un epiquerema; es un
proceso discursivo de deliberación
con
silogismos imperfectos o cadenas de silogismos probables que orientan la
deliberación a manera de sorites e inducciones retóricas. No se trata de una
demostración sobre cosas que son necesariamente y no pueden ser de otra forma,
sino que se trata de lo posible y contingente, aquello que puede o no puede ser,
puesto que sólo se delibera sobre lo posible y esto se hace con opiniones
probables. Corresponde entonces a la retórica y la dialéctica razonar con este
tipo de premisas. La regla de conducta en un silogismo práctico utiliza como
premisa una opinión generalmente aceptada (a manera de hipótesis o conjetura),
cuya aplicación al caso particular es contingente y su resultado, la acción,
también lo es, ya que puede ser o no realizada. La acción como consecuencia del
razonamiento desborda el marco lógico formal del
silogismo.
Palabras
clave: razonamiento,
demostración, silogismo práctico, razonamiento práctico, deseo, conocimiento,
saber, intención, deliberación y razonamiento
retórico-dialéctico.
El
silogismo práctico o silogismo de la acción (sulogismñw praktÇn) es presentado
por muchos estudiosos de la obra aristotélica como un esquema de explicación que
intenta dar cuenta del movimiento que realiza el
alma
humana
desde el apetito o deseo puro (örejiw) hasta la acción
(prjiw).
Trataremos
de sostener que: 1) el razonamiento práctico no es un silogismo, comprende
muchos más aspectos que son irreductibles a la estructura formal de un silogismo; su dominio se restringe al
campo del pensamiento (di.noia) y el razonamiento discursivo; sólo funciona en
la deliberación (boælhusis) y en la elección (proaÛresiû). En el razonamiento
práctico el tipo de deseo que impulsa a la acción, el carácter o modo de ser
adquirido (·yow) y la disposición (§jiw) que permite elegir y realizar la
acción, permanecen implícitos (upolambnonteû) como consideraciones subjetivas
(en-tumoi). El deseo se tiene o no se tiene, y las acciones se realizan o no,
pero su causa es tanto el intelecto como el carácter y el querer. Adicionalmente
argumentaremos que, 2) el silogismo práctico es sobre todo un razonamiento
retórico-dialéctico, bien sea un entimema, un paradigma, un sorites, un
epiquerema o un polisilogismo, ya que no se trata de una demostración
(.pñdeijiw) sobre cosas que son necesariamente y no pueden ser de otra forma,
sino de lo posible y contingente, puesto que sólo se delibera sobre lo posible y
esto se hace con opiniones probables (¦ndoja). Corresponde entonces a la
retórica (=htorik®) y la dialéctica (dialektik®) razonar con este tipo de
premisas y no son, por tanto, asunto de la analítica. Nuestro plan de acción es
ofrecer algunas consideraciones generales sobre la teoría del silogismo teórico
en Aristóteles; luego discutir algunos modelos o esquemas de interpretación del
silogismo práctico y, finalmente, enfatizar el carácter probable del
razonamiento práctico y su relación con lo plausible o verosímil. El silogismo
teórico y el razonamiento
práctico
se diferencian en forma y contenido.
Silogismo teórico y teoría del
silogismo
Según
Anscombe4 , el razonamiento práctico y el silogismo práctico significan lo
mismo. Aristóteles es claramente conciente de que existen diferentes tipos de
razonamiento, pero hace énfasis en la semejanza que existe entre ellos y parece
considerar que lo fundamental son los rasgos comunes que encontramos entre el
silogismo demostrativo y el razonamiento práctico. Sin embargo, la semejanza
supone una analogía, no una identidad.
Si
son semejantes, entonces no son idénticos, luego tienen alguna diferencia: ¿En
que se distingue un razonamiento práctico de un silogismo teórico? ¿Qué es un
razonamiento? ¿Cuántos tipos de razonamiento hay?
Aristóteles
definió el silogismo, que es su modelo de razonamiento perfecto, como: “un
discurso en el que, sentadas ciertas cosas, se sigue necesariamente algo
distinto de lo ya establecido por el <simple hecho de> darse esas cosas”5
.
Ferrater
Mora señala que es evidente que se trata de una definición muy general y que
bien puede abarcar tanto el razonamiento silogístico como muchos otros tipos de
razonamiento, e incluso a la inferencia deductiva en general6
.
En
un pasaje Aristóteles llama la atención sobre esta ambigüedad y la necesidad de
precisar: “hay que hablar del razonamiento antes que de la demostración por ser
el razonamiento más universal que la demostración: en efecto, la demostración es
un cierto <tipo de> razonamiento pero los razonamientos no son todos
demostraciones”7 . Aristóteles opone en muchas ocasiones el silogismo
demostrativo o deducción y la inducción o comprobación como dos procesos del
pensamiento completamente diferentes. La deducción va de lo universal a lo
particular y la inducción de lo particular a lo
universal:
En
el caso de los razonamientos, tanto los que proceden mediante silogismo como los
que proceden mediante inducción; pues ambos realizan la enseñanza a través de
conocimientos previos, los unos, tomando algo como entendido por mutuo acuerdo,
los otros demostrando lo universal a través del hecho de ser evidente lo
singular. De la misma manera convencen también los razonamientos retóricos,
pues, o bien
convencen
a través de ejemplos, lo cual es una forma de inducción, o bien a través de
silogismos probables, lo cual es una forma de silogismo8
.
Sin
embargo, la inducción suele ser presentada bajo la forma del silogismo
demostrativo9 . Incluso la refutación es considerada a veces como un
razonamiento que obedece a la forma silogística: “la refutación es un
silogismo
que
descubre la contradicción en la conclusión del silogismo del oponente”10
.
Baste
por ahora retener que, en un reiterado ejercicio de extrapolación del silogismo,
Aristóteles reduce todo tipo de razonamiento a la estructura del silogismo, bien
sea erístico, dialéctico, retórico o científico.
Caracterizaciones
sobre
lo que es un razonamiento y cuales son los tipos de razonamientos se pueden
hallar en el Libro I de los Tópicos:
Un
razonamiento es un discurso en el que sentadas ciertas cosas, necesariamente se
da a la vez, a través de lo establecido, algo distinto de lo establecido. Hay
demostración cuando el razonamiento parte de cosas verdaderas y primordiales, o
de cosas cuyo conocimiento se origina a través de cosas primordiales y
verdaderas, en cambio, es dialéctico el razonamiento construido a partir de
cosas plausibles. Ahora bien, son
verdaderas
y primordiales las cosas que tienen credibilidad, no por otras, sino por si
mismas (…) en cambio son cosas plausibles las que parecen bien a todos, o a la
mayoría, o a los sabios, y entre estos últimos, a todos, o la mayoría, o los más
conocidos y reputados. Y un razonamiento erístico es el que parte de cosas que
parecen plausibles pero no lo son, y también el que, pareciendo un razonamiento
y
no
siéndolo, parte de cosas plausibles o de cosas que parecen tales; en efecto, no
todo lo que parece plausible lo es realmente (…) así, pues, al primero de los
razonamientos erísticos llamémosle también razonamiento sin más, al otro, en
cambio, razonamiento erístico, pero no razonamiento, puesto que parece funcionar
como razonamiento, pero no lo hace en realidad. Además de todos los
razonamientos mencionados, están también los razonamientos desviados11
.
Una
clasificación semejante es presentada al inicio de las Refutaciones Sofísticas,
“hay cuatro géneros de razonamientos en la discusión: didácticos, dialécticos,
críticos y erísticos”12 . El silogismo es un modelo de inferencia válida. Su
doctrina es que si se aceptan ciertas premisas, se deduce de ellas por necesidad
determinada conclusión. El silogismo encarna una ley lógica y permite derivar
una regla de inferencia. En muchas obras modernas y contemporáneas se ofrece
como ejemplo de silogismo aristotélico el siguiente:
Todo
hombre es mortal
Sócrates
es hombre
Sócrates
es mortal
Lukasiewicz
nos recuerda que desde tiempos de Sexto Empírico se presentaba este ejemplo como
silogismo peripatético13 ; sin embargo, Aristóteles no utiliza términos ni
proposiciones singulares como premisas de
silogismos
en su filosofía analítica. Otro ejemplo más aristotélico
sería:
Todos
los hombres son mortales
Todos
los griegos son hombres
Por
consiguiente, todos los griegos son mortales
Pero
esta forma inferencial no es aristotélica, ya que él usaba implicaciones en las
que el antecedente es una conjunción de dos premisas y el consecuente la
conclusión. Un ejemplo adecuado sería:
Si
todos los hombres son mortales y todos los griegos son hombres,
Entonces
todos los griegos son mortales.
Lukasiewicz14
señala con rigor que aún así no resulta ser auténticamente aristotélico. Un
silogismo genuino no contempla ningún contenido, es una pura forma lógica con
letras a manera de variables. Además Aristóteles coloca siempre el predicado en
el primer lugar y el sujeto en el segundo.
No
dice
“Todo
A es B”, sino “A es predicado de todo B” o “A pertenece a todo B”, p.
ej.:
“SiAes
predicado de todoByBes predicado de todoG, entonces A
es predicado
de
todo G”15
.
Aristóteles
es considerado el padre de la lógica formal por el uso de variables, leyes,
figuras y modos de razonamiento que funcionan dentro de un sistema cerrado. En
sus exposiciones no usa términos concretos, plantea operaciones lógicas, como la
conversión y la reducción, aplicadas a esquemas puramente formales basados en
letras. Nunca contempló términos ni proposiciones singulares dentro de su
sistema lógico y resulta clave para su doctrina del silogismo que el mismo
término pueda ser usado como sujeto y predicado sin ninguna restricción, pues
sería dificultoso operar con proposiciones como “Algún Sócrates es mortal”,
“Todos los mortales son Sócrates”, “Todo Callias es hombre” o “Algunos hombres
son Callias”.
En
las tres figuras del silogismo que Aristóteles estudió existe siempre un término
que aparece una vez como sujeto y otra como predicado. En la primera figura es
el término medio, en la segunda el mayor y en la tercera el menor21
.
Frente
a la duda sobre la cantidad de una proposición, de si se trata de “ningún placer
es bueno” o “algún placer no es bueno”, podemos tomarla como “el placer no es
bueno”, pero finalmente “placer” y “bueno” son términos genéricos y universales.
Según Lukasiewicz: “Aristóteles trata en la práctica las premisas indefinidas
como particulares sin establecer explícitamente su equivalencia”22
.
El
silogismo aristotélico es una inferencia g”. Las formas proposicionales, de cuya
unión resultan el silogismo, tienen siempre una de las cuatro formas
categóricas: “a conviene a todo b”, “a no conviene a ningún b”, “a conviene (al
menos) a un b”, “a no conviene (al menos) a un b”. Desde Boecio, y durante la
edad media, se utilizaron las letras A, E, I, O, para simbolizar las cuatro
formas categóricas de las proposiciones silogísticas: universal afirmativa (Todo
S es P), universal negativa (Ningún S es P), particular afirmativa (Algún S es
P) y particular negativa (Algún S no es P). Estas letras se derivan de las
palabras latinas ‘AfIrmo’ y ‘nEgO’, que significan las proposiciones afirmativas
y negativas respectivamente24 . Hay cuatro formas de oposición de las
proposiciones categóricas. Dos proposiciones que tienen términos idénticos son
opuestas entre sí si difieren en cantidad, en cualidad, o tanto en cantidad como
en cualidad. A y E son contrarias porque son proposiciones universales que
difieren en cualidad, I y O son subcontrarias porque son proposiciones
particulares que difieren en cualidad. A y E son, respectivamente, las
contradictorias de O e I, porque difieren tanto en cantidad como en
cualidad.
I y O son,
respectivamente, subalternas de A y E porque difieren en
cantidad.
Tomemos de nuevo la
ilustración clásica:
Si todos los hombres
son mortales
Y todos los griegos
son hombres,
Entonces todos los
griegos son mortales
Este ejemplo
corresponde a la primera figura. Su forma subyacente
sería:
Si todo M es
P
y todo S es
M,
Entonces todo S es
P
La correspondiente
forma silogística que ofrece Aristóteles es:
SiAconviene (es
predicado, es verdadero, puede ser dicho, atribuido o
pertenece)
a todo
B
Y B conviene a todo
G,
Entonces A conviene
(tiene que ser predicado, …) a todo G25
Las variables A, B, G
corresponden respectivamente a las letras P, M, S.
Las letras P, M y S
designan los términos mayor, medio y menor del
silogismo.
El
término medio esta en las dos premisas, pero no en la conclusión, por lo menos
una vez es tomado universalmente y puede hacer de término sujeto o predicado.
Por oposición al término medio, los otros dos términos se llaman “extremos”
(kra). El tiene que (.n.gkh) es el indicador de la necesidad lógica y es
utilizado sistemáticamente por Aristóteles cada vez que analiza un razonamiento
construido con variables y quiere expresar una ley
silogística.
Se
trata de una representación visual y diagramática del raciocinio. Un modelo
geométrico del pensamiento: A se encuentra en el extremo mayor y G en el extremo
menor de la figura base del razonamiento. Así, en nuestro ejemplo, ‘hombres’ es
el término medio. El término menor es el primero de los términos de la
conclusión y el término mayor es el segundo de los términos de la conclusión
No hay comentarios:
Publicar un comentario